ORBEA LAUFEY 27 H20 LIM-YEL (24)

Toda historia vinculada al mountain bike tiene un comienzo. La curiosidad inicial, ese impulso aventurero, la idea de que hay todo un mundo por descubrir ahí fuera. Después de unas primeras e inseguras pedaladas, se alcanza una conexión entre movimiento y mente que altera tu manera de pensar para siempre. Entonces llega la fortaleza, desaparece la inseguridad y te embarga la certeza, aunque solo sea durante un instante. Toda historia vinculada al mountain bike empieza precisamente aquí.

Diseñar un cuadro capaz de absorber las irregularidades del terreno, aporta confort y ayuda a que la bici copie mejor el terreno, especialmente cuando vas rápido. El gran comportamiento de Laufey cuando el terreno se pone complicado, viene de que se ha diseñado un cuadro, optimizando la rigidez y cada uno de los tubos para asegurar la diversión y la reactividad.

Todo esto se nota cuando apuras más de la cuenta y piensas cómo has podido librar la caída.

Toda historia vinculada al mountain bike tiene un comienzo. La curiosidad inicial, ese impulso aventurero, la idea de que hay todo un mundo por descubrir ahí fuera. Después de unas primeras e inseguras pedaladas, se alcanza una conexión entre movimiento y mente que altera tu manera de pensar para siempre. Entonces llega la fortaleza, desaparece la inseguridad y te embarga la certeza, aunque solo sea durante un instante. Toda historia vinculada al mountain bike empieza precisamente aquí.

El margen de mejora se esconde en cualquier lugar y la obsesión es parte del juego. ¿Cuánto de lejos es Demasiado Lejos? En la medida en la que hemos tenido objetivos, espíritu competitivo y creativo, nos hemos esforzado en ganar. Una vez que saboreas el triunfo, ser el mejor se convierte en una obsesión. Lo sientes en tu corazón, pulmones y piernas; puedes percibirlo en nuestras bicis. Solamente sudando hasta el más mínimo detalle y superando los límites de lo posible puedes alcanzar los objetivos definitivos.

El margen de mejora se esconde en cualquier lugar y la obsesión es parte del juego. ¿Cuánto de lejos es Demasiado Lejos? En la medida en la que hemos tenido objetivos, espíritu competitivo y creativo, nos hemos esforzado en ganar. Una vez que saboreas el triunfo, ser el mejor se convierte en una obsesión. Lo sientes en tu corazón, pulmones y piernas; puedes percibirlo en nuestras bicis. Solamente sudando hasta el más mínimo detalle y superando los límites de lo posible puedes alcanzar los objetivos definitivos.

Toda historia vinculada al mountain bike tiene un comienzo. La curiosidad inicial, ese impulso aventurero, la idea de que hay todo un mundo por descubrir ahí fuera. Después de unas primeras e inseguras pedaladas, se alcanza una conexión entre movimiento y mente que altera tu manera de pensar para siempre. Entonces llega la fortaleza, desaparece la inseguridad y te embarga la certeza, aunque solo sea durante un instante. Toda historia vinculada al mountain bike empieza precisamente aquí.

El margen de mejora se esconde en cualquier lugar y la obsesión es parte del juego. ¿Cuánto de lejos es Demasiado Lejos? En la medida en la que hemos tenido objetivos, espíritu competitivo y creativo, nos hemos esforzado en ganar. Una vez que saboreas el triunfo, ser el mejor se convierte en una obsesión. Lo sientes en tu corazón, pulmones y piernas; puedes percibirlo en nuestras bicis. Solamente sudando hasta el más mínimo detalle y superando los límites de lo posible puedes alcanzar los objetivos definitivos.

Toda historia vinculada al mountain bike tiene un comienzo. La curiosidad inicial, ese impulso aventurero, la idea de que hay todo un mundo por descubrir ahí fuera. Después de unas primeras e inseguras pedaladas, se alcanza una conexión entre movimiento y mente que altera tu manera de pensar para siempre. Entonces llega la fortaleza, desaparece la inseguridad y te embarga la certeza, aunque solo sea durante un instante. Toda historia vinculada al mountain bike empieza precisamente aquí.

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Todo esto se nota cuando apuras más de la cuenta y piensas cómo has podido librar la caída.

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